Ya casi se cumplen tres meses de mi cirugía y no podría estar más contenta. Primero que nada, padecía de sinusitis, rinitis e hipertrofia en los cornetes, sinceramente, sufría bastante. Comencé a ir al otorrinolaringólogo a los 14 años, desde entonces recibía tratamiento. Siempre me enfermaba de resfriados y sufría por mis alergias, ya que soy alérgica al clima de mi ciudad (Mazatlán, Sinaloa). Llegó un punto en el que mis enfermedades ya no eran tratables, necesitaba cirugía. El otorrino me mencionó que al cumplir 21 podría operarme, sin embargo, una cosa llevó a la otra y no lo hice en su momento. Dependía de los sprays nasales a más no poder. Empecé usando afrín y llegó el punto en el que ya no me hacía efecto. El medicamento que más usé fue Gotinal/Nafazolina. La indicación de mi doctor era usarlo durante 5 días cada 12 horas. Obviamente no hice caso porque me desesperaba. Lo usé desde entonces hasta antes de mi operación, aproximadamente durante un año y medio entero. Al inicio lo usaba cada 8 horas, después cada 6, así me la llevé hasta que en los últimos 6 meses me las echaba cada 2 horas. Los efectos secundarios eran cada vez más fuertes. Siempre me sentía cansada, ya no rendía bien en el gimnasio, me despertaba tres veces en la madrugada, sufría insomnio, ansiedad, estrés, me daba más hambre, por ende, comía de más. Hasta sentía que mis resultados en el gimnasio cada vez eran menores, ya que no rendía lo suficiente. Un sinfín de cosas. Para noviembre de 2019 decidí operarme, por fin, ahorré lo que tenía que ahorrar y en diciembre de ese mismo año me operé. No mentiré, mi nariz no era fea, por lo que me daba mucho miedo que se viera muy distinta o que quedara mal, estéticamente hablando. El otorrino me indicó que me realizaría dos intervenciones. La primera es la rinoseptoplastia (La cirugía que se practica sobre el tabique nasal (septum nasale) se suele conocer como septoplastia y su práctica no produce (o no debería producir) absolutamente ningún cambio en la forma de la nariz. Cuando una septoplastia se realiza junto a una Rinoplastia se suele denominar como Rinoseptoplastia) y la turbinoplastia (La turbinoplastia es una cirugía que tienen como objetivo remodelar los cornetes (generalmente inferiores) para dar como resultado un cambio funcional en la respiración del paciente. El cambio más notorio es la mejoría en la respiración a través de la nariz).
Esto para acabar con mi hipertrofia en los cornetes, sinusitis y rinitis. Sinceramente estuve sufriendo todo noviembre y parte de diciembre esperando por el día de la operación, tenía miedo, nunca antes había entrado al quirófano. Tenía pesadillas donde mi nariz quedaba mal, me veía fea, etc. Vi testimoniales en youtube de personas que se realizaron la operación, le pregunté a personas cercanas, no dejaba de tener miedo. Al final, el día tan esperado llegó, 18 de diciembre de 2019. Llegué a la clínica a las 5:30 am, firmé unos papeles, dejé mis estudios y una hojita impresa que me dio el doctor días antes, y, después de aproximadamente 20 minutos, me hablaron para canalizarme. Me despedí de mis papás y entré. Me quité la ropa y me puse la batita, me canalizaron y debo decir que de toda la cirugía -spoiler- fue lo más doloroso. Me vendaron las piernas y, en seguida, me subieron al quirófano.
Estuve buen rato en la sala de recuperación, el doctor me saludó y me platicó lo que me haría, etc. Cuando ya me metieron a quirófano, sólo recuerdo que me chulearon mi nuevo tatuaje, me preguntaron sobre la música que podían poner para relajarme y sólo recuerdo que el anestesiólogo me dijo que me iba a dar sueño. Ya no recuerdo qué pasó, desperté en la sala de recuperación muy preocupada, vi al otorrino y le pregunté: «Dr, ¿a qué hora me van a operar», él me dijo: «Ya te operamos» y me saqué de onda, no sentía nada, es más, podía respirar bien (no me pusieron tapones, que era una de las cosas que temía). Después de unos minutos, me bajaron a cuarto, tenía muchas ganas de orinar, pero no me dejaron levantarme, así que me pusieron un «cómodo», fue incómodo, ironía. No me dejaron ir a casa hasta que pudiera beber / comer algo sin vomitarlo. Me llevaron jugo de manzana y sí, no tuve problema. El doctor fue a verme y a explicarme todo el proceso de los cuidados, las citas postoperatorias, etc. Pagamos la clínica y al doctor. Al final fueron como $32,000 ya con honorarios. Lo gracioso de todo es que me asustó todo el mundo diciéndome que no podría comer nada, sólo líquidos. El doctor dijo lo contrario, podía comer de todo, siempre y cuando tuviera cuidado por el dolor y evitara las cosas duras. Salimos de la clínica y recuerdo que pasamos a comprar puro pollo. Igual no pude comer muy bien como por 1 semana entera, me dolía el área de las puntadas.
Estuve únicamente una semana con la férula, después sólo tuve las cintas esas raras como por otras dos semanas más, a la tercera semana ya estaba dada de alta y ya podía regresar al gym (sí, fue una recuperación rápida). Los cuidados eran sencillos, cambiarme la bigotera, lavados nasales con spray de mar (para cicatrizar más rápido por dentro), antibióticos, pomada para borrar la cicatriz… Tomé mucho té de árnica para desinflamarme rápido porque me inflamé bastante. Al final estoy muy contenta con el resultado. Nunca tuve conflicto con la estética de mi nariz, sin embargo, desde la cirugía me siento más segura de mí misma, ya me gusta verme en fotos, sonrío y no siento que mi nariz se deforma, ¡vale mucho la pena! Ya sea por salud o por estética, es un cambio muy bonito y favorecedor (siempre y cuando vayas con un doctor especialista certificado y bueno). Pedir opiniones nunca está de más pero, con base a mi experiencia, cada persona vive el proceso de manera distinta.
Hay quienes no se puedes ni levantar durante dos semanas, yo desde el primer día estuve subiendo y bajando las escaleras de mi casa (con cuidado), no dependí de nadie para hacer mis cosas, pero hay personas que son distintas a mí. Si piensas operarte y no estás seguro(a), ¡hazlo! no te vas a arrepentir.
Anexo fotografías de antes, durante y después de mi rinoseptoplastia/turbinoplastia.
Antes:
Durante:
Después (RESULTADO) :
Me operé en la ciudad de Mazatlán, Sinaloa, en el hospital Central Médica Quirúrgica (CEMEQ) con el otorrinolaringólogo René Contreras. No. de cédula: 0012039 Rafael Buelna 198 Int. 605 «POLIMÉDICA» Fracc. Hacienda Las Cruces, Alameda, Mazatlan. Tel. 669 259 0232.
Yo me operé por mi cuenta, con dinero en efectivo, pero puedes checar si tu aseguradora cubre los gastos para la rinoplastia.
Fernanda Elric. Instagram: @fernandaelric tiktok: @fershielric